H2O

Aquellos y aquellas que hayáis tenido alguna experiencia reparando, o estropeando aún más según lo manazas que seáis :-), algún tipo de fuga, escape, etc. de agua sabréis lo complicado y difícil que resulta que el agua no se filtre por cualquier pequeña fisura o junta. Siempre he pensado que el flujo de la información es bastante similar, por no decir idéntico, al caso del agua (en el contexto de la seguridad estaríamos hablando de la tan de moda DLP Data Loss Prevention aunque este concepto como tal lleva ya años entre nosotros). Haciendo un interesante, profundo, imprescindible y determinante ejercicio de "pérdida de tiempo" :-) he intentando reflejar los distintos estados por los que pasa el agua y su equivalencia en el caso de la información.

Rememorando aquellas interesantísimas clases de naturales durante la EGB, periodo en el que nosotros llevábamos pantalón corto y vosotras coletas, nos decían que el agua puede presentarse en 3 estados distintos: sólido, líquido y gaseoso. En primer lugar, y partiendo de las características de cada uno de estos estados, he establecido su equivalente en cuanto al concepto de información:

Estado sólido: forma y volumen constante, rigidez y regularidad de sus estructuras
En este estado podrían encajar todos aquellos repositorios de información "estáticos", para entendernos, las tablas maestras, los ERP, las bases de datos corporativas, etc. En definitiva toda aquella información de mucho volumen que reside en servidores centrales y que actúa como un todo (muchas relaciones entre tablas, integraciones entre entornos/aplicaciones, etc.). El flujo o transmisión global de este tipo de información resulta prácticamente imposible.

Estado líquido: sin forma fija pero si volumen. Variabilidad de formas y propiedades específicas
Aquí tendríamos la misma información antes descrita (formato electrónico) pero residiendo en dispositivos, soportes, etc. que permiten su flujo de forma rápida y fácil. Estaríamos hablando de memorias USB, discos duros externos, CD/DVD, archivos uploadeados y/o emaileados, etc. que contienen fragmentos (consultas, vistas, extracciones, volcados, etc.) de la información original. Toda esta diversidad de formas, tamaños, colores, etc. de la información son las que, volviendo al inicio de la entrada, son muy escurridizas y difíciles de controlar. Individualmente no representan una gran amenaza pero en su conjunto pueden ocasionar perjuicios importantes.

Estado gaseoso: Ni forma ni volumen fijos
La información en este estado podríamos calificarla de etérea, es decir, está por ahí pululando pero no se percibe como tal. Nos referimos a información que no existe de forma estructurada ni en formato electrónico sino que reside en otros “soportes” como imágenes, documentos, know-how en alguna neurona, etc. A modo de ejemplo sería algo similar a información "escuchada" en conversaciones telefónicas, información filtrada en conversaciones "informales", un dato que alguien ha podido ver durante un trayecto en el AVE, deber de secreto y confidencialidad vulnerados, rumorología diversa, información tergiversada o fuera de contexto, etc. Este tipo de información es prácticamente imposible de controlar y de detectar su origen. Normalmente es una parte ínfima de la información corporativa pero, por lo general, puede suponer un gran perjuicio (imagen, reputación, mercado, etc.).

A continuación he intentado encontrar similitudes en cuanto a los distintos “procesos” que originan los distintos intercambios de estados (como sabéis, son evaporación, condensación, sublimación, congelación y fusión). Nada mejor que un gráfico para hacerse una idea (hacer clic para ampliar):


Espero que os haya gustado. La verdad es que he disfrutado mucho "perdiendo" el tiempo con esto.

CITA DEL DÍA: “La seguridad, ¿se quiere o se necesita?”

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